EL ANTIMPERIALISMO Y EL APRA
I. ¿Qué es el APRA?

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Índice
Portada de las Ediciones de Editorial Ercilla
Nota de la Editorial Ercilla a la Primera Edición
Nota de la Editorial Ercilla a la Segunda Edición
Portada
Dedicatoria
Mención Fraternal
Nota Preliminar a la Primera Edición
Nota a la Segunda Edición
Nota a la Tercera Edición
Nota a la Cuarta Edición
Nota a la Quinta Edición
I. ¿Qué es el APRA?
II. El APRA como Partido
III. Qué Clase de Partido y Partido de qué Clase es el APRA
IV. El APRA como un solo Partido
V. El Frente Único del APRA y sus Aliados
VI. La Tarea Histórica del APRA
VII. El Estado Antimperialista
VIII. Organización del Nuevo Estado
IX. Realidad Económico-Social
X. ¿Plan de Acción?
Apéndice. Artículos 27 y 123 de la Constitución Política de México, del 31 de enero de 1917

La organización de la lucha antimperialista en la América Latina, por medio de un Frente Único internacional de trabajadores manuales e intelectuales (obreros, estudiantes, campesinos, intelectuales, etcétera), con un programa común de acción política, eso es el A.P.R.A. (Alianza Popular Revolucionaria Americana).[1]

 

Su Programa Máximo

 

El programa máximo internacional del A.P.R.A. consta de cinco puntos generales, que servirán de base para los programas de las secciones nacionales de cada país latinoamericano. Los cinco puntos generales son los siguientes:

 

            1º -   Acción contra el imperialismo yanqui.[2]

 

            2º -   Por la unidad política de la América Latina.

 

            3º -   Por la nacionalización de tierras e industrias.

 

            4º -   Por la internacionalización del Canal de Panamá.

 

            5º -   Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.

 

Su organización

 

El A.P.R.A. -que viene a ser el Partido Revolucionario Antimperialista Latinoamericano- es una nueva organización formada por la joven generación de trabajadores manuales e intelectuales de varios países de la América Latina. Fue fundada en diciembre de 1924, cuando los cinco puntos generales de su programa fueron enunciados y en dos años ha logrado ya organizar algunas secciones nacionales, no muy numerosas todavía por el breve tiempo transcurrido. El A.P.R.A. cuenta ya con una vasta sección en el Perú y células en México, la República Argentina, América Central, etcétera, y con una sección en Europa, cuyo centro actual es París, donde se halla organizada una célula bastante numerosa de estudiantes y obreros con subsecciones en Alemania, España e Inglaterra. El Comité Ejecutivo interino ha residido hasta hoy en Londres.

 

El Frente Único

 

El A.P.R.A. organiza el gran Frente Único antimperialista y trabaja por unir en ese frente a todas las fuerzas que, en una forma u otra, han luchado o están luchando contra el peligro de la conquista que amenaza a nuestra América. Hasta 1923, ese peligro fue presentido o interpretado diversamente. Para unos era un conflicto de razas (sajones y latinos); para otros, un conflicto de culturas o una cuestión de nacionalismo. De las Universidades Populares "González Prada", del Perú, surgió una nueva interpretación del problema, y especialmente de la forma de acometerlo. Se había ya enunciado el hecho económico del imperialismo, pero no sus características de clases y la táctica de lucha para defendernos de él. De las Universidades Populares González Prada se lanza la primera voz en este sentido, en 1923, invocando la unión de la juventud de trabajadores manuales e intelectuales para una acción revolucionaria contra el imperialismo. (Véase la revista Córdoba, primera semana de febrero de 1924). En el año de 1924 la Primera Liga Antimperialista Panamericana fue fundada en México, y en 1925 la Unión Latinoamericana en Buenos Aires. La Liga Antimperialista fue el primer paso concreto hacia la formación del Frente Único de obreros, campesinos y estudiantes proclamado por las Universidades Populares González Prada, del Perú, y bautizado con sangre en la masacre de Lima del 23 de mayo de 1923, por el gobierno del Perú, "made in U.S.A." La Unión Latinoamericana de Buenos Aires fue fundada como el Frente Único de los intelectuales antimperialistas. Pero la Liga Antimperialista Panamericana no enunció un programa político sino de resistencia al imperialismo, y la Unión Latinoamericana se limitó a fines de acción intelectual. Cuando a fines de 1924 se enuncia el programa del A.P.R.A., presenta ya un plan revolucionario de acción política y de llamamiento a todas las fuerzas dispersas a unirse en un solo Frente Único.

 

La lucha de clases y el imperialismo yanqui en América Latina

 

La historia de las relaciones políticas y económicas entre América Latina y los Estados Unidos, especialmente la experiencia de la revolución mexicana, nos lleva a las siguientes conclusiones:

 

1º -   Las clases gobernantes de los países latinoamericanos, grandes terratenientes, grandes comerciantes y las incipientes burguesías nacionales son aliadas del imperialismo.

 

2º -   Estas clases tienen en sus manos al gobierno de nuestros países a cambio de una política de concesiones, empréstitos u otras operaciones que los latifundistas, burgueses, grandes comerciantes y los grupos o caudillos políticos de esas clases negocian o participan con el imperialismo.

 

3º -   Como un resultado de esta alianza de clases, las riquezas naturales de nuestros países son hipotecadas o vendidas, la política financiera de nuestros gobiernos se reduce a una loca sucesión de grandes empréstitos, y nuestras clases trabajadoras, que tienen que producir para los amos, son brutalmente explotadas.

 

4º -   El progresivo sometimiento económico de nuestros países al imperialismo deviene sometimiento político, pérdida de la soberanía nacional, invasiones armadas de los soldados y marineros del imperialismo, compra de caudillos criollos, etc. Panamá, Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, Haití son verdaderas colonias o protectorados yanquis como consecuencia de la "política de penetración" del imperialismo.

 

La lucha internacional contra el imperialismo yanqui en América Latina

 

Como el problema es común a todos los países latinoamericanos, en los que las clases gobernantes son aliadas del imperialismo y explotan unidas a nuestras clases trabajadoras, no se trata, pues, de una aislada cuestión nacional, sino de un gran problema internacional para todas las repúblicas de América Latina. Sin embargo, la política de las clases gobernantes, que coopera en todos los planes imperialistas de los Estados Unidos,[3] agita los pequeños nacionalismos, mantiene divididos o alejados a nuestros países unos de otros y evita la posibilidad de la unión política de América Latina, que formaría un vasto país de ocho millones de millas cuadradas y, más o menos, noventa millones de habitantes.[4] Pero las clases gobernantes cumplen muy bien los planes divisionistas del imperialismo y agitan "causas patrióticas": Perú contra Chile, Brasil contra Argentina, Colombia y Ecuador contra el Perú, etcétera. Cada vez que Estados Unidos interviene como "amigable componedor" o "árbitro" de grandes cuestiones internacionales latinoamericanas, su táctica actual es fingir pacifismo, pero deja siempre la manzana de la discordia. La reciente cuestión de Tacna y Arica, entre Perú y Chile, es la más clara demostración de esta política del imperialismo. Nadie sabe mejor que la burguesía yanqui que, terminada definitivamente la cuestión peruano-chilena, en cualquier forma, estaría derribado el obstáculo de más importancia para la unión de la América Latina, y un gran paso hacia el frente unido de nuestros pueblos contra el imperialismo, se habría dado. Por eso el imperialismo prefiere aparecer como fracasado en su cuestión sobre Tacna y Arica y perder su autoridad diplomática como árbitro internacional en América Latina. Por eso ha dejado la cuestión más agitada que antes. En su política de divisionismo ha tenido como aliados a los súbditos del imperialismo que gobiernan Chile y a sus esclavos que gobiernan el Perú.

 

El imperialismo no puede ser afrontado sin una política de unidad latinoamericana

 

Nuestra experiencia histórica en América Latina, y especialmente la muy importante y contemporánea de México, nos demuestra que el inmenso poder del imperialismo yanqui no puede ser afrontado sin la unidad de los pueblos latinoamericanos. Pero como contra esta unidad conspiran, ayudándose mutuamente, nuestras clases gobernantes y el imperialismo, y como éste ayuda a aquéllas y les garantiza el mantenimiento del poder político, el Estado, instrumento de opresión de una clase sobre otra, deviene arma de nuestras clases gobernantes nacionales y arma del imperialismo, para explotar a nuestras clases productoras y mantener divididos a nuestros pueblos. Consecuentemente, la lucha contra nuestras clases gobernantes es indispensable; el poder político debe ser capturado por los productores; la producción debe socializarse y América Latina debe constituir una Federación de Estados. Éste es el único camino hacia la victoria sobre el imperialismo y el objetivo político del A.P.R.A. como Partido Revolucionario Internacional Antimperialista.

 

La nacionalización de la tierra y de la industria como el único medio económico de combatir y vencer al imperialismo

 

Dentro del sistema capitalista y de acuerdo con la dialéctica de su proceso histórico, la América Latina devendrá seguramente una colonia yanqui. Los Estados Unidos son hoy los dueños económicos del mundo. The New York Times del 27 de junio de 1926, publica las siguientes cifras de inversiones norteamericanas en el mundo, sin incluir las enormes deudas de guerra.

 

Los Estados Unidos tienen invertidos en:

 

Asia                

$  1,000,000,000

Europa

$  2,000,000,000

Australia

$  2,500,000,000

América Latina

$  4,100,000,000[5]

 

Esta introducción de capitales en América Latina crece día a día. De junio a octubre se ha invertido más de 50 millones de dólares sobre la suma arriba copiada.[6] Los recientes conflictos entre México y los Estados Unidos del Norte nos demuestran que México no ha podido, a pesar de sus esfuerzos, nacionalizar su petróleo hasta hoy y que pesa sobre él la amenaza de una invasión militar yanqui que trataría de defender los intereses de la poderosa Standard Oil Company. (El capital petrolero yanqui en México es de pesos 614,847,263). La Enmienda Platt de la Constitución de Cuba y los casos de Panamá, Nicaragua, Santo Domingo, Honduras, Haití nos prueban que la soberanía nacional se pierde en América Latina proporcionalmente al aumento de las inversiones del capitalismo yanqui en nuestros países.[7] La nacionalización de la tierra y de la industria y la organización de nuestra economía sobre las bases socialistas de la producción es nuestra única alternativa. Del otro lado está el camino del coloniaje político y de la brutal esclavitud económica.


La unión política de América Latina presupone la internacionalización

del Canal de Panamá

 

El Canal de Panamá en poder de los Estados Unidos del Norte es uno de los más graves peligros para la soberanía de América Latina. El programa internacional del A.P.R.A. proclama francamente la "internacionalización del Canal de Panamá" como objetivo político continental. El doctor Alberto Ulloa, profesor de derecho internacional de la Universidad Mayor de San Marcos, de Lima, Perú, escribe, apoyado en esta tesis: El Canal de Panamá debe ser internacionalizado. No es posible permitir a los Estados Unidos el ejercicio del gobierno supremo de Panamá". (Carta abierta al Presidente de la Federación de Estudiantes de Panamá, junio de 1926). La internacionalización del Canal de Panamá, como aspiración de los pueblos latinoamericanos, ha sido uno de los puntos políticos del programa del A.P.R.A. de mayor trascendencia.

                                                                                                                                               

Conclusión

 

El A.P.R.A. representa, consecuentemente, una organización política en lucha contra el imperialismo y en lucha contra las clases gobernantes latinoamericanas, que son auxiliares y cómplices de aquél. El A.P.R.A. es el Partido Revolucionario Antimperialista Latinoamericano que organiza el Gran Frente Único de trabajadores manuales e intelectuales de América Latina, unión de los obreros, campesinos, indígenas, etcétera, con los estudiantes intelectuales de vanguardia, maestros de escuela, etcétera para defender la soberanía de nuestros países. El A.P.R.A. es un movimiento autónomo latinoamericano, sin ninguna intervención o influencia extranjera. Es el resultado de un espontáneo anhelo de nuestros pueblos para defender unidos su libertad, venciendo a los enemigos de dentro y a los de fuera. Las experiencias de México, América Central, Panamá y las Antillas y la presente situación del Perú, Bolivia y Venezuela, donde la política de penetración del imperialismo se deja sentir fuertemente, han determinado la organización del A.P.R.A. sobre bases completamente nuevas y propugnando métodos de acción realistas y eficaces. La palabra de orden del A.P.R.A. sintetiza, sin duda, la aspiración de veinte pueblos en peligro: "Contra el imperialismo, por la Unidad Política de América Latina, para la realización de la Justicia Social."[8]

 

 


Notas



[1]     The Labour Monthly. A Magazine of International Labour. What is the A.P.R.A.? Haya de la Torre, Vol. 8, December, 1926. Nº 12, pág. 756.

 

[2]     Como se verá más adelante, en el texto, este postulado ha quedado convertido en sólo "Acción contra el imperialismo" entendiéndose que el APRA combate contra todos los imperialismos.

      Vale advertir que el texto de este postulado -como lo enuncian bien claramente los capítulos siguientes-, no implica que la lucha antimperialista del APRA esté circunscrita a combatir el imperialismo yanqui y no a otros imperialismos como el británico, por ejemplo. Ocurre que habiéndose formulado los cinco lemas del APRA por primera vez en México en 1924, su inmediata propagación se inicia en el sector de pueblos indoamericanos del Caribe, en los que predomina agresivamente el imperialismo de los Estados Unidos. Por eso se agregó para mayor objetividad el vocablo "yanqui" al primero de los postulados apristas. Así se mantuvo el lema por algún tiempo, pero como los comunistas criollos se prendieran de él para afirmar que la palabra "yanqui" era, en el programa aprista, cábala siniestra de misteriosas concomitancias del APRA con el imperialismo británico, hice muchas veces la aclaración, y en todos mis libros -especialmente en Impresiones de la Inglaterra Imperialista y de la Rusia Soviética (Buenos Aires, 1932)-, la posición aprista queda bien esclarecida. Además, para la mayoría de nuestros pueblos, "el imperialismo yanqui" es el imperialismo capitalista moderno por antonomasia. Porque no sólo es el que hegemoniza y amenaza cada día más en Indoamérica, sino también el que ha hecho del "monroísmo" su doctrina y del "panamericanismo" su política. Por ende, es el imperialismo en su más típica y completa expresión contemporánea. Pero el APRA tiene bien planteada su posición de beligerancia antimperialista sin distinciones.

 

[3]     En Impresiones de la Inglaterra Imperialista y de la Rusia Soviética. Ed. Claridad, Buenos Aires, 1932, y en ¿A dónde va Indoamérica? Ed. Ercilla, Santiago, 1935, este concepto es ampliado a toda potencia imperialista.

 

[4]     La población de América Latina en 1970 será de 282 millones de habitantes, según fuentes estadísticas de CEPAL. (Nota de los Editores, Tercera Edición). La población de América Latina y el Caribe se estima llegará a 540 millones de habitantes a mediados de 2003, de acuerdo a las cifras del Population Reference Bureau. (Nota de los Editores, Edición en Internet).

 

[5]     De 1912 a 1928 la ofensiva capitalista yanqui puede apreciarse por el cuadro siguiente, tomado del libro de Evans Clark:

 

 

INVERSIONES DE ESTADOS UNIDOS EN AMÉRICA LATINA

(En millones de dólares)

 

 

1912

1928

Cuba               

  200

1,400

México

800

1,288

Chile               

  15

   451

Argentina         

  40

   450

Brasil               

  50

   388

Perú                

  35

   169

Venezuela        

    3

   162

Colombia        

    2

   125

Bolivia                                 

  10

     86

Uruguay

    5

     77

Costa Rica

    7

     46

Honduras        

    3

     40

Guatemala       

  20

     37

El Salvador      

    3

     35

Panamá                      

    5

     31

Ecuador          

  10

     30

Haití                

    4

     28

Santo Domingo

    4

     28

Nicaragua                   

    3

     20

Paraguay                    

    4

     18

Guayanas        

    5

       8

 

 

TOTAL DE INVERSIONES DE ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA EN EL EXTRANJERO

(En millones de dólares)

 

América Latina

5,200

Europa

          4,300

Canadá

3,900

China, Japón y Filipinas

700

Diversos

     400

 

 

 

TOTAL DE INVERSIONES DEL CAPITAL EXTRANJERO EN AMÉRICA LATINA

(En millones de dólares)

 

Estados Unidos

5,200

Inglaterra

5,200

Otras naciones

2,200

 

 

 

EXPORTACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS A LA AMERICA LATINA O INDOAMÉRICA

(Dólares)

 

1910 - 1914

1,511,000,000

1921 - 1925

3,708,000,000..145.40%

 

 

 

IMPORTACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE LA AMERICA LATINA O INDOAMÉRICA

(Dólares)

 

1910 - 1914

2,177,000,000

1921 - 1925

4,678,000,000..114.88%

 

Fuente: Commerce Year Book - 1925

 

 

 

AÑO 1926. EXPORTACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS A LA AMERICA LATINA

 

$ 834,224,000

 

AÑO 1926. IMPORTACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE LA AMERICA LATINA

 

$ 1,041,678,000

 

Fuente: Acta de la III Conferencia Comercial Panamericana, 1927, pág. 160.

 

 

INTERCAMBIO COMERCIAL DE ESTADOS UNIDOS CON AMÉRICA LATINA

(En millones de dólares)

 

Años

Exportaciones

Importaciones

1955   

3,510.0

3,300.0

1966   

3,870.0

4,170.0

 

Fuente: Estudio Económico de América Latina, Naciones Unidas, CEPAL. Décimo Tercer Período de Sesiones. Lima, Perú, abril de 1969. (Nota de los Editores, Tercera Edición).

 

[6]     La nota 39 al capítulo IV -página 101 de la Edición en Internet- presenta la cifra total de capitales extranjeros invertidos en Indoamérica hasta 1928, según Evans Clark. Asimismo, en el capítulo VIII -página 142 de la Edición en Internet- se incluye el porcentaje de aumento de las inversiones de los capitales estadounidenses en América Latina de 1912 a 1928. (Nota de los Editores, Edición en Internet).

 

[7]     En 1966 las inversiones de EE.UU. en América Latina eran US$ 9,372 millones. - U.S. Department of Commerce, Survey of Current Business, 1965. (Nota de los Editores, Tercera Edición). En 2002, dichas inversiones ascendieron a US$ 272,363 millones. - U.S. Department of Commerce, Survey of Current Business, agosto de 2003. (Nota de los Editores, Edición en Internet). 

 

[8]     En el desarrollo de la obra, el texto de "¿Qué es el APRA?" es citado frecuentemente, en especial en los capítulos II, III, IV, V y VI. (Nota de los Editores, Edición en Internet).

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